La sábanas de seda...

Seguramente hemos escuchado a madres y abuelas mas de una vez aconsejarnos en comprar unas lindas sábanas de seda.
O las hemos recibido como regalo para los casamientos y uno debe sentirse alagado por tener entre sus manos un clasico! ...Pero terminemos con el mito! Las sábanas de seda son IN-CO-MO-DAS!


En verano son calurosas, uno queda pegado entre tanto brillo y razada suavidad.
Es imposible no patinarse. Acostarse en una cama, sin importar sus dimensiones, donde hay unas lindas sábanas de seda, es como ingresar al zamba, con la diferencia que termina la vuelta cuando suena el despertador al día siguiente.

Es una mezcla de tobogán y escalada constante. Donde el sueño continuo es una utopía y uno se aferra a la almohada con todas sus fuerzas para tratar de mantenerse dentro de los límites del colchón.
Aunque en el primer descuido, comienza el desliz hacia los pies, donde terminamos todos acurrucados e incomodos.

Pero hay un momento en que dormir con sábanas de seda puede ser realmente peligroso. Y es cuando lo convinás con un camisolín de raso o satén !!! Ahí si que terminás durmiendo en el piso. Porque la estadía en la comoda cama es sensillamente imposible.

Por eso, desmitifiquemos a las sábanas de seda.... AGUANTE EL ALGODÓN!